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Cáncer de mama en Chile: Todo lo que debes saber sobre cirugía reconstructiva

La reconstrucción mamaria inmediata es posible hoy en Chile, de hecho ni siquiera es necesario el uso de implantes de silicona, pues se puede llevar a cabo con tejidos propios de la paciente. Es más, gracias a los avances de la ciencia médica probablemente no sea necesario extraer el seno de quienes padezcan este tipo de cáncer. ¡Pero ojo! no todo lo que brilla es oro, y en este caso estar informados es esencial.

El cáncer de mamas en Chile es una de las principales causas de mortalidad femenina, con un promedio de cuatro mujeres fallecidas diariamente, alcanzando los 3mil casos detectados al año, de los cuales mil terminan con la vida de quienes lo padecen. Estos datos pueden llegar a alarmar y desanimar hasta al más entusiasta, sin embargo, aunque cueste creer, los mitos e ideas erróneas enferman más que la patología misma. Producto del exceso de información que circula por internet -muchas veces incompleta o, derechamente, errada- se generan estos mitos provocando pánico y desesperación ante el diagnóstico, o bien expectativas equívocas e idílicas en torno a la reconstrucción.

Para evitar lo anterior es que debemos ser altamente rigurosos al referirnos a los procedimientos quirúrgicos asociados a la enfermedad, pues la extracción del seno o mastectomía –a causa del cáncer mamario-  implica en la mujer una mutilación que conlleva a trastornos psicológicos, relacionales, laborales sociales, etc.

Primeramente, es necesario saber que este tipo de cirugías se dividen en dos  tipos: por un lado las oncológicas, que es cuando el cirujano reseca tejidos y extrae un tumor (maligno),  en la que puede verse involucrada la extracción del seno o parte de él. La reconstructiva, en cambio, se trata de una cirugía plástica donde se utiliza tejido autólogo o prótesis para construir una mama de aspecto natural. Hoy se usa el término cirugía oncoplástica que implica la integración de cirugías oncológicas con aspectos plásticos para que los resultados estéticos. En palabras simples, antes el cirujano en oncología sólo se preocupaba de extirpar la patología y luego el cirujano reconstructivo hacía su trabajo, pero generalmente no había una buena comunicación entre ambos y los resultados no eran del todo buenos en términos estéticos.

Actualmente la situación ha variado favorablemente para la paciente, pues es el mismo especialista quien realiza ambos procedimientos, o bien, equipos de cirujanos -oncológicos y plásticos- trabajando en conjunto.

Si bien esta patología es negativa en cualquier caso y etapa en que se detecte, el cirujano Luis Daza advierte que “es posible, en algunos casos, realizar el tratamiento oncológico quirúrgico conservando el seno”.  Este procedimiento posee el nombre de tumorectomía. Esta intervención también se conoce como cuadrantectomía, mastectomía parcial o mastectomía segmentaria y consta de la eliminación del tumor, una parte del tejido sano que lo rodea y algunos ganglios linfático. La características de la intervención  dependerá del tamaño y localización del agente maligno.  Aun así el especialista indica  que “las resecciones pueden ir desde menor índole hacia una de mayor importancia, pero siempre conservando la mama”.

Es importante aclarar que probablemente quienes se sometan a esta cirugía recibirán también tratamiento con radioterapia. En algunos casos se podría necesitar además de otros tratamientos, como la terapia hormonal o la quimioterapia, dependiendo de cómo responda cada cuerpo.

Cabe destacar que no todas las mujeres que padecen la patología son candidatas a la tumorectomía. Daza indicó que para ser candidata se debe cumplir ciertos requerimientos, como por ejemplo que el tumor no supere los cinco centímetros de diámetro, que no exista historial familiar porque el riesgo de desarrollar nuevamente la enfermedad aumentaría notablemente, que el cáncer no haya pasado a una etapa inflamatoria y que éste se encuentre alojado en sólo un área del seno ya que, de estar disperso, la mama perdería su forma y  no se obtendrían resultados estéticamente positivos.

En caso de que el cáncer no se haya detectado a tiempo y sea necesaria una extracción total –mastectomía– se debe prestar atención a la eventual aparición de ganglios en la axila, pues esto puede deberse a un carcinoma invasor o de manera técnica, carcinoma ductal invasivo, lo que en palabras simples significaría que hay probabilidades de que el cáncer se haya expandido hacia la axila. De lo contrario, si se tratase de un carcinoma pequeño no habría mayor riesgo.

Pero, ¿Qué sucede en el caso de las embarazadas? En ese caso, afirma el profesional,  la operación se puede llevar a cabo de todas maneras, pero no será posible realizar la radioterapia, ya que implicaría un riesgo muy alto para el bebé.

De mastectomía a la reconstrucción “inmediata”

  La reconstrucción mamaria es un procedimiento que la mayoría de las veces puede llevarse a cabo luego de una extracción, lo que hay que tener en cuenta es cuándo conviene realizarla, pues si bien puede llevarse a cabo una vez ejecutada la mastectomía, en algunos casos esto no es conveniente y deberá someterse a una reconstrucción diferida. Como mencionamos anteriormente, cada cuerpo es independiente y reacciona de manera distinta, por ende no hay manera de saberlo a priori.

Ya sea inmediata o diferida, la cirugía es progresiva por ende los resultados no son visibles instantáneamente. Es necesario derribar los mitos que envuelven esta cirugía para no crear falsas expectativas en quienes deban someterse a ella.

El primer paso de una cirugía reconstructiva clásica –con materiales sintéticos- es implantar un expansor por debajo del músculo pectoral. Este artefacto tiene el aspecto de una prótesis mamaria vacía. Al cabo de un mes de haberse introducido, el expansor es inyectado y rellenado con una solución fisiológica, haciendo que el tejido se expanda y, al cabo de un tiempo, la piel esté apta para recibir el implante.

Si bien el uso del implante de silicona es la técnica más utilizada y conocida, hoy gracias a los avances de la ciencia es posible rellenar la zona mamaria con los mismos tejidos de la piel de la paciente,  que son extraídos del abdomen o espalda. Esta técnica recibe el nombre de lipotransferencia y a pesar de no ser mediáticamente conocida, un último sondeo reveló que hasta abril del presente año, en la Clínica Las Condes  ya se han realizado aproximadamente de 200 procedimientos y todos han tenido resultados favorables.

Tal como se detalla en el sitio web de la Clínica Las Condes, existen tres maneras de llevar a cabo el procedimiento con el colgajo o tejido:

Colgajo TRAM: el tejido se mantiene unido al abdomen (de donde se extrajo), de manera que conserve su normal circulación. Éste se pasa por debajo de la piel hasta llegar al tórax y es ubicado en la zona deseada sin perder el contacto con los vasos sanguíneos que le dan vida.

Colgajo TRAm tipo DIEP: tal como el colgajo TRAM, se extrae del abdomen, pero en este caso no se utiliza el músculo, sino sólo los vasos sanguíneos en pro de obtener un mejor aspecto abdominal. Por otra parte se explica en el sitio que el tejido que se utiliza para dar forma al seno se separa por completo de su fuente sanguínea original y luego se vuelve a conectar a una nueva fuente de irrigación en el área de la mama utilizando sutura microquirúrgica.

Colgajo TRAm sobrecargado: Se constituye con los tejidos de la parte baja del abdomen irrigados con los vasos del músculo recto anterior de la pared abdominal. Posteriormente, se lleva a cabo una sobrecarga intencional de irrigación efectuando una sutura microquirúrgica a los vasos del tórax. Esto significa una doble fuente sanguínea para el tejido, lo cual disminuye las complicaciones de muerte de la nueva mama y favorece, además, los tan anhelados resultados cosméticos.

Reconstrucción mamaria en el GES

Si bien el procedimiento reconstructivo está cubierto por El plan de Garantías Explícitas de Salud (GES) -antes plan AUGE-, en nuestro país la espera por concretarlo a través del sistema público puede llevar años. Este es el caso de Maritza Gutiérrez, una mujer que tras ser diagnosticada a sus 40 años, ha debido esperar ocho años y quien, si bien le ganó la batalla al cáncer por medio de dieciocho quimioterapias en total y la extirpación de su seno, considera que este proceso aún no ha terminado. “Cuando salí de las quimios dije tengo que luchar por mi reconstrucción, pero hasta ahora esto no ha terminado porque mi dignidad yo aún no la recupero”, concluyó.

Al respecto, el cirujano Luis Daza reconoció que la reconstrucción si bien está cubierta por el sistema GES, muchas veces este recurso no se encuentra disponible, y esto se genera por la falta de pabellones o especialistas disponibles en los centros donde se realiza esta cirugía por el sistema público.

Por el contrario, las mujeres que optan por el sistema privado porque con los recursos para hacerlo, obtienen su reconstrucción en el corto plazo.

Sin embargo, a pesar de lo negativo que supone ser el panorama, en octubre -mes del cáncer de mamas-, las autoridades competentes anunciaron un Plan nacional del cáncer, que  se dará a conocer prontamente y el cual incluiría una mayor cantidad de especialistas con el fin de disminuir la espera por el procedimiento tanto oncológico y como reconstructivo.

El Ministro Emilio Santelices  en un evento alusivo al cáncer de mamas en Lampa, se refirió al compromiso que se han propuesto como gobierno y que implica que “para el 31 de marzo del próximo año (2019) van a dejar de estar en lista de espera las personas que lleven más de dos años esperando cualquier tipo de cirugías”.

Si bien estas noticias siempre van a ser positivas, sobre todo ante un panorama oscuro como es el que deben atravesar hoy quienes padecen la enfermedad y esperan por una reconstrucción, lo esencial para frenar el avance de mortalidad a causa de este cáncer es la detección temprana del mismo.

Como país debemos concientizar sobre la importancia del autoexamen mamario en hombres y mujeres y también la realización de la mamografía, que se debe realizar anualmente desde los 40 años, o desde los 35 si se tienen antecedentes familiares. La realización de este examen ha logrado disminuir la mortalidad por cáncer de mama hasta en un 40%.

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